Tranquilos, que no cunda el pánico debido al putesco titular de este post.
Literalmente la palabra APOLOGÍA significa, “discurso o escrito en justificación defensa o alabanza de personas o cosas.” Expresa también, “panegírico y elogio” a las personas o cosas mencionadas en el discurso o escrito. Hasta aquí, todo claro.
Prosigo.
La palabra ENCUBIERTA, es participio del verbo Encubrir, que revela tal acción como equivalente a, “ocultar una acción o cosa y no manifestarla.” El diccionario apostilla que también, “impide que llegue a saberse algo…..”
Sin embargo la palabra PUTERÍO, tiene varias connotaciones. Sus vínculos y ramificaciones se extienden más allá de lo imaginable. No en vano nuestra Lengua es rica en expresiones y acepciones gramaticales.
Veamos el presente ejemplo:
Puterío o Putaísmo: Vida de puta, ejercicio de puta, reunión de putas, casa de putas, etc., etc,… Pasaré por alto el resto de terminología.
Son palabras que existen y las palabras están hechas para ser utilizadas en su justa medida y formar con ellas una frase, para dar sentido a una oración. Por lo tanto no nos rasguemos las vestiduras por el título de este post, puesto que la Apología Encubierta del Puterío, en nuestro país existe. Por eso añado la coletilla de, “Patrio”.
¿De qué nos asombramos?
Dejando aparte la gran oferta de putas y putos que nos ofrece Internet, ínclitas cadenas de la televisión hispana tanto públicas como privadas, mediante sus espacios matutinos, de mesa-camilla en la sobremesa y también nocturnos, pregonan diariamente a los cuatro vientos las excelencias de la meretriz de turno. No citan – por supuesto – sus habilidades en la cama como rameras de postín.
Hasta ahí no se ha llegado todavía, aunque con el tiempo todo se andará.
El negocio es el negocio. O la pela es la pela. Que es lo mismo.
En el plató, la presentadora o el presentador sarasa de la puta (o puto) en cuestión, intentan hacer con cada frase referente a la promocionada buscona, un primoroso encaje de bolillos para metersela por los ojos a la clientela televisiva adicta a los festines de la carne.
Posiblemente Don Fulano, uno de los clientes adictos, babee frente al televisor rememorando la noche que se calzó a tan suculenta hembra, previo pago de una cifra astronómica que dejó temblando su Visa Oro.
O quizá a Don Mengano se le excite de golpe la entrepierna, le dé un aire y se abalance sobre el primer teléfono que encuentre a mano para marcar el número clave que le dará acceso directo al felpudo de la entrevistada y sonriente rabiza.
Para tal efecto de llamada existen programas lanzadera de la más variada índole. Desde concursos de baile hasta concursos de saltos de trampolín, e incluso de famosos “supervivientes” en una isla desierta.
La promoción del puterío televisivo es bastante más efectiva cuando las presentaciones a la audiencia se efectúan en horario nocturno. Y mucho mejor si el presentador es un reconocido sarasa o redomado mariconazo, ya que esta clase de sujetos debido a su ambigüedad son muy retorcidos y tienen la habilidad de aumentar el morbo.
Cuando coinciden tales circunstancias y Don Fulano, Don Mengano y Don Zutano observan con escalofrío el escote y los turgentes pechos de la bacante de guardia, los tres al unísono efectúan un rápido recuento de caja y comienzan a sacarle el polvo a su Visa.
El fomento de la prostitución encubierta, debería ser un acto constitutivo de delito. Y si la golfa presente en el plató utiliza el programa para promocionar sus servicios de cama, o lo da a entender aunque sea superficial o veladamente, de igual forma debe ser reo de banquillo.
No nos olvidemos que la descocada pájara, encima cobra por asistir al programa, con lo que el negocio es redondo, aunque últimamente no sé yo. Parece ser que algunas prostitutas de altos vuelos, ya reconocidas por la audiencia como tales y bajo observación, han visto mermado su caché por asistencia a programas con derecho a promoción.
Después está el asunto de las comisiones, pero eso es punto y aparte porque ahí cobra todo dios. Un buen polvo con ramera de lujo o famosa televisiva de reconocido prestigio, vale su peso en oro. Al peso de la susodicha, me refiero, está claro.
Una zorra bien promocionada genera ingentes beneficios que se reparten, como todos ya sabemos, desde la alcahueta o madame que proporciona el contacto, hasta el botones del hotel donde se produce el revolcón. Sin embargo existe un punto previo cual es el momento que se produce el revolcón y cópula. Y es cuando de hecho, se engendra la Apología Encubierta del Puterío Patrio en cuestión, o sea, la “presentación y promoción” de la “mercancía” a través de los distintos medios televisivos.
Llegado ese momento se ha de hilar fino. El inicial encaje de bolillos oral efectuado por el presentador-comisionista sarasa que ha servido de presentador e interlocutor de la famosa zorra verbenera, la mayoría de las veces pasa del encaje de bolillos para convertirse en frases de alabanza laudatoria para con la promocionada. La presentadora o el presentador sarasa realzan las cualidades ¿artísticas? de la ¿actriz o cantante? o de la modelo publicitaria o la calienta braguetas de turno.
Si la entrevistada meretriz afirma ser actriz de revista, de cine, teatro o algo por el estilo, la entrevista se realiza en un tono más bien distendido. Siempre se hace referencia a sus múltiples amoríos y a su actual novio o acompañante oficial, que acostumbra a ser un tipo cargado de millones y que por supuesto es médico, arquitecto, futbolista, o mejor aún, dice pertenecer a una rancia nobleza, aunque normalmente acostumbra a ser un vividor nato o un chulo putas de altos vuelos.
De todas formas a la hora de presentar a según qué zorrón verbenero, no es preciso cargar en exceso las tintas ya que los televidentes y sobre todo las marujas seguidoras de programas de corte vaginal, por regla general se saben de punta a rabo las andanzas de la zorra de turno.
Caso distinto es la presentación de una ex miss o ex famosa en paro. Sobre todo si es recién llegada de las Américas tras larga ausencia debido a sus “compromisos de estudio y profesionales”. A la hora de responder a las preguntas que le formula el sarasa, la pazguata se descuelga con una historia que no se la cree ni el más lerdo.
Relata con pelos y señales sus múltiples estudios de inglés, de arte escénico e interpretación, pero obvia enumerar la cantidad de servicios de cama efectuados en Nueva York y en Los Ángeles con el fin de hacer caja y también a ser posible, conseguir un papel de extra en cualquier Serie B rodada para televisión, aunque previamente haya tenido que comerse muchas vergas y abrirse de piernas ante el productor de la serie.
Los empresarios españoles acostumbrados a revolcarse con “famosas”, evitan los encames con zorras de alto copete, puesto que una cosa es echar un polvo pagandolo religiosamente con la Visa Oro, (la tarifa oscila entre los doce mil a quinientos mil Euros), según sea de famoso el felpudo, y otra muy distinta es que la pelandusca de marras te pida un Mercedes Benz en concepto de propina.
Si la entrevistada puta televisiva es modelo, o simplemente se encuentra en la nómina del famoseo por haberse revolcado con toreros o descendiente tronado perteneciente a la rancia nobleza española, entonces el presentador sarasa que efectúa su panegírico ante las cámaras de televisión, se descoliflora.
La entrevista es más seria y las frases acostumbran a ser grandilocuentes rayando en el peloteo más despreciable. El caché de la fulana es más bien alto, puesto que hubiera podido pertenecer a la nobleza de no haber sido tan evidentemente puta. Debido al empalagoso glamour que desprende su persona, algunas cadenas de televisión acostumbran a ofrecerle programas en los cuales puede mostrar su palmito en calidad de presentadora.
Párrafo aparte merecen las presentaciones de otras impresentables, que afirman sin rubor haberse cepillado a famosos toreros, cantaores, bailaores, y famosos empresarios de reconocida seriedad y prestigio, alguno de ellos hoy en día entre rejas.
Esas pelanduscas hacen uso de un lenguaje inadecuado, barriobajero y más bien soez. La fuerza se les va por la boca y les faltan dedos en las manos para enumerar la cantidad de polvos que le han metido en el cuerpo al amante de turno.
En alguna que otra entrevista televisiva se desmadran, liándose a hostias y en directo con otros invitados y con el personal presente en el plató. El caché de esas putifamosas está por los suelos, hecho unos zorros. Además, según informes facilitados por los propios consumidores de carne de catre, esas putifamosas en la cama son un petardo.
Sirva lo escrito para englobar a todo el colectivo de zorrones verbeneros que transitan por los platós televisivos de España. No importa cuál sea la identidad de la puta, ni el número de putas que se presentan en las cadenas de televisión ofreciendo veladamente sus servicios, pero es de cajón que de su profesión encubierta existen pruebas.
Entonces me pregunto: si su puterío es notorio,..¿Quién cobra la comisión por el hecho de presentarlas ante una audiencia compuesta de millones de clientes?....¿Quién se lleva la pasta, además de la entrevistada?...¿Quizá el presentador sarasa?....¿Es lícita la Apología Encubierta del Puterío-Patrio-televisivo en cadenas públicas y privadas?...Quien cobre, ¿lo hará en metálico o quizá en especie?...
Vaya usted a saber.
Pero seguro que el presentador sarasa trincará una pasta gansa.
Subsiste la duda, pero dejando a un lado a Internet, la televisión es el mayor escaparate de productos que ha parido madre, y sabido es que los escaparatistas ofrecen ante los ojos del consumidor los mejores productos para satisfacer todos los apetitos y caprichos humanos.
Mientras tanto los consumidores de productos sexuales, Don Fulano, Don Mengano y Don Zutano, aguardan frente al televisor, taquicárdicos y babeantes sobándose la entrepierna, teléfono en mano y con la Visa presta. Ahora ya no les es necesario consultar el book de putas previo pago de quinientos Euros de vellón, para averiguar cuál de ellas es la más famosa en el ranking hispano.
La televisión ofrece un variado surtido de carne fresca, dispuesta a ser perforada durante cierto espacio de tiempo, previa encubierta subasta televisiva al mejor postor.
Eso es lícito.
Sin embargo denunciar a las zorras televisivas, no por el hecho de serlo, si no por su doble y engañoso juego, eso, ni es aceptado ni está bien visto.
Y para que os vayáis ilustrando sobre el puterío patrio, ahí tenéis un vídeo-reportaje de Antena 3 grabado con cámara oculta.
José Luís de Valero.
PROSTITUTAS TELEVISIVAS DE LUJO EN ESPAÑA