¡ES UNA PUTA VERGÜENZA!

El Fantasma 38 años atrás. Córdoba año 1972

Permitid, damas y caballeros que retorne a mis relatos y que ésta imagen fotográfica que figura en cabecera, rescatada del arcón-archivo de mis recuerdos y efectuada en el año 1972, abra el post para que vuesas mercedes comprueben cómo puede cambiar el esqueleto de un fantasma con el devenir del tiempo, o séase en mi caso, desde hace treinta y ocho años de vellón hasta el presente siglo.
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En mi largo periplo viajero, cuando realizose la presente fotografía hallábame yo en Córdoba encaramado cual simio en el minarete de la Mezquita. Recién acababa de ingerir una más que suculenta y colmada ración de rabo de toro en El Caballo Rojo, sacrosanto lugar cordobés adosado a la Mezquita, donde el yantar adquiere efectos de comunión con todos los dioses, con el Más Allá, con Alá, con Mahoma y hasta con su pajolera madre.
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Mas ni por asomo piensen vuesas mercedes que en este relato, a mi fantasmal figura le dé por glosar los excelsos pucheros que se continúan condimentando en la ciudad de los Califas, que tiempo habrá para tal menester. Hoy simplemente os ofrezco un nuevo guiso literario extractado de mi novela, DIARIO ÍNTIMO DE UN FANTASMA, correspondiente a un viaje relámpago que efectué hará unos cuatro años.

Catedral de Burgos

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Hallándome de paso en Burgos diome por visitar su catedral, por otra parte, vista por mí en el pasado así como media docena de veces. Mas como la belleza tallada en piedra es de lenta asimilación, pues tras degustar en un figón una sabrosa paletilla de cabrito, que no cabrón, encamineme al recinto catedralicio con el ánimo de hacer la digestión del cabrito a la sombra, no hallando mejor acomodo para tal fin si no tras los recios muros de la catedral. Tal decisión no fue fruto de beateria por mi parte como pudiera suponerse, puesto que en plena canícula burgalesa en el exterior del figón el mercurio había subido el listón hasta los 40º centígrados.
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Mas hete ahí que al traspasar el atrio. acercómese un bigardo con sotana que tendiéndome una misiva en forma de ticket de caja, me requería unos doblones en pago o peaje para que mis fatigados huesos pudieran visitar sus dominios.
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-Son cinco euros y la voluntad, caballero – díjome el negro haragán.
-¡Rediós, que tal villanía clama al cielo!..¿De cuándo acá un hidalgo ha de soltar maravedises por cantar unos salmos y latines en casa del Padre? – diome en gritar enfurecido, bramido que resonó con fuerza y saña, rebotando de bóveda en bóveda yendo a morir en la sacristía.
-Es lo que hay, caballero. El cobro es debido a una ordenanza del Arzobispado de Burgos. Y le recuerdo que este es un recinto sagrado y que aquí está prohibida la blasfemia y la palabra soez.
-¿De veras, bellaco?....Pues atended bien lo que os digo, rufián ensotanado…Meteos el ticket en vuestro puto culo, y a la vez de mi parte se lo volvéis a meter por el ano a su Ilustrísima Don Francisco Gil, Arzobispo de Burgos por la gracia de Dios y del Vaticano….¡Me cago en tó lo que se menea, Rediós!.....

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Abandoné la efímera sombra del atrio con harta mala leche y cabreo, no ya por el hecho de no haber podido salmodiar unos latines entre los muros catedralicios, si no por haber podido comprobar in situ la avaricia y el aprovechamiento por parte de la Iglesia Católica, de un bien patrimonial que pertenece a todos los españoles.

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Y que no se arguya que la Iglesia se ve obligada a ello por falta de fondos, puesto que en los Presupuestos Generales del Estado se destinan muchos millones de euro-doblones para la conservación de monumentos patrimoniales, y la Catedral de Burgos lo es.
Tal fue mi grado de cabreo, que de regreso a la Villa y Corte tomando recado de escribir tracé el siguiente dibujo:

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Más no habían acabado aquí mis desventuras y enfrentamientos con Obispos, Canónigos, Arzobispos y demás ralea orlada de oropeles y camuflados tras largas sayas. Véase lo que me ocurrió en Toledo, porque manda fantasmales huevos la movida de marketing catedralicio que se tiene montado el clero vaticano-toledano en la antigua e imperial capital de las tres culturas.

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DIARIO ÍNTIMO DE UN FANTASMA

Capítulo II



Copyright © 2010 José Luís de Valero.
Todos los derechos reservados.

¡ES UNA PUTA VERGÜENZA!

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¡Ténganse vuesas mercedes y no me echen a los perros por tal frase!,.. que no es una frase mía, que más bien fuere dicha por boca de mesonera toledana que la profirió ante mi asombro cuando di en comentarle mi disgusto y cabreo ante un abuso y afrenta vaticana-toledana de carácter religioso, ya que para acceder a rezos y también……….

PARA HABLAR CON DIOS, EN LA CATEDRAL DE TOLEDO ES PRECISO ABONAR UN TICKET QUE CUESTA 5,50 EUROS.
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Atención: PEAJE

¡Y no es broma, por los clavos de Cristo! 5,50 euros de vellón por cabeza de cristiano solicita en temporada estival el clero toledano para visitar la catedralicia casa de Dios en Toledo, cual si la misma fuere real mancebía o casa de mundanal lenocinio. Véase que no miento puesto que en mi poder obran gráficos digitales que más bien parecen ejecutados por diabólicos inquisidores, que por fantasmas o ánimas cristianas bien nacidas.

CAJA-CEPILLO EXTERIOR
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Como podrán comprobar vuesas mercedes, doy cumplida cuenta de mis correrías y con ella os muestro pruebas que dan fe de mi descubierta toledana, aunque la misma me cueste una estancia en las mazmorras de las católicas mentes de quienes me lean. Pero la verdad sólo tiene un camino y ese espinoso sendero ha sido labrado por la curia toledana con el beneplácito del arzobispado toledano, cuyas arcas , supongo, estarán rebosantes de doblones en forma de euros para bien de la cristiandad y del Estado Vaticano.

CATEDRAL DE TOLEDO
frontis

Tela marinera la que apalancan los monseñores, simplemente por mostrar al público un bien patrimonial que en realidad pertenece a tres culturas que convivieron armónicamente en siglos pasados, dos de ellas expoliadas, expulsadas y masacradas ambas a lo largo de los siglos por el propio Estado Vaticano en contubernio con la Monarquía española.

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Peccata Minuta al fin y al cabo en los actuales tiempos, mas Boccato di Cardinale para las arcas católicas, apostólicas y romano-españolas que se están forrando a costa del turismo, de los llamados guiris y de algún que otro español sediento de cultura..

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Que Dios reparta suerte. Aunque siempre será para los mismos y para los del buen rollito y mejor talante, está claro. Amén. Apaga y vámonos…..
Mas prosigamos…..

FANTASMAL VIAJE A TOLEDO

Calles soladas con guijarros y cantos de río

Mi fantasmal osamenta camina por calles soladas con guijarros y cantos de río, Y he dicho mal, que no camino, que más bien trepo y escalo por un dédalo de callejones echando los bofes. Que no sé si vuesas mercedes conocen la otrora imperial Toledo, pero debo advertiros que en tal ciudad no existen cuestas abajo. Todas son para arriba, rediós, o así me lo parece tras mi primera batida después de haber estado ausente de sus callejas ya va por cuatro siglos.

AGUJA DE LA CATEDRAL DE TOLEDO

Dícese que todo su conjunto histórico ha sido designado Patrimonio de la Humanidad, mas siglos atrás ese mismo patrimonio perteneció a tres culturas que dieron a la Humanidad una lección de convivencia. Hasta que llegó la monarquía hispánica y una reina apodada La Católica rompió el hechizo y la magia de la coexistencia pacífica, expoliando y expulsando de sus reinos a las culturas hebrea y árabe.

MOSÁICO BARRIO DE LA JUDERÍA

TOLEDO

Flaco favor a fe mía hízole esa reina a Castilla, que tras el éxodo quedóse la tierra huérfana de manos que la labrasen, y los escasos centros de cultura quedaronse igualmente desprovistos de preclaras mentes que con sus enseñanzas pudieran cultivar el intelecto de un pueblo sumido en la incultura y el analfabetismo. A cambio, los católicos arramblaron con todos los bienes de los expoliados, entre otros, sinagogas y mezquitas que más tarde fueron reconvertidas en iglesias cristianas.

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Y tras esta breve sinopsis, permítanme sus mercedes que exponga el motivo de mi fantasmal viaje a Toledo tras algo más de cuatro siglos de ausencia. Sepan ilustres lectores que quien suscribe se encuentra inmerso desde hace tiempo en la escritura y confección de un libro que trata sobre la Inquisición y de ciertos personajes novelescos que por ella desfilaron, vivieron, amaron, pecaron y murieron.

EL FANTASMA AL ACECHO

Dado que un escritor que se precie, para componer un texto debe beber de fuentes fidedignas, pues hete ahí que mis antiguos pasos y recuerdos como oficial inquisitorial del rey en la Corte de los Austrias, además de las calles de Madrid, de igual modo se fraguaron en los callejones toledanos entre lances de honor, requiebros a veladas y bellas damas a través de forjada reja, escalo de sagrado con galanteo de novicias y monjas, reyertas tabernarias y un sinfín de peripecias donde el bien templado acero toledano de mi espada tuvo la honra de mojarse en sangre noble, y el menos agradable deber de embutirse en carne de bellaco.

EL FANTASMA DE DON LUÍS BATIÉNDOSE A ESPADA

Séase pues que de esta guisa inicio una serie de relatos sobre mi descubierta toledana en pleno siglo XXI, tanto en mi faceta fantasmal como en la de recopilador de emotivos recuerdos anteriormente vividos por este servidor vuestro.

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Sepan vuesas mercedes que para conocer Toledo, lo más conveniente es pateársela a pie. A poder ser en primavera u otoño con el sol brillando tenue en el horizonte. Pero resulta que hoy cuando esto escribo, días ha que la canícula nacida está, y las brasas de San Lorenzo caen a plomo, inmisericordes sobre calles y callejones toledanos.

PLAZA DEL ZOCODOVER

TOLEDO

Suerte que a esta hora, las 13:30, me hallo aposentado en la Plaza del Zocodover, cuartel general de fantasmales expedicionarios y ánimas en pena en busca de vivencias y recuerdos habidos en añejos tiempos.

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Mi osamenta hallase cobijada en una especie de oasis formado por sombrajos proporcionados por la antigua y siglos ha denominada, Posada del Duende, hoy rebautizada con el menos atractivo nombre de “Vinos y Cervezas Café-Bar Toledo”, flanqueado a su diestra por un advenedizo figón anglosajón bajo la denominación de Mc. Donalds, íncubo chamizo-comedero de efímera casta y pelaje que nada tiene que ver con la noble enjundia del bastión gastronómico toledano en el cual se encuentran asentadas mis fatigadas y huesudas posaderas.

VELADORES EN EL EXTERIOR DE LA ANTIGUA

POSADA DEL DUENDE

Hállome pues feliz paladeando y refrescándome el gaznate con una ronda de birras – y van tres – tras patearme un porrón de callejas y callejones desde primeras horas del alba.
Si me lo permitís, retomaré el relato en el Capítulo III en cuanto se me pase la moña cervecera y desagüe el sobrante.

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Quedad con Dios, Gentiles Damas e Ilustres Caballeros.

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