Y por estos pagos abundan como setas, ¡Vive Dios!.. Hay mucho hijo puta suelto, tanto varones como hembras, y la mayoría de ellos con derecho a escaño tanto en el Congreso de Diputados como en la Comunidad de Madrid. Sientan sus putos culos en asientos destinados a gobernar con buen tino, pero los utilizan para robar y malversar fondos públicos con el mayor de los desatinos. Escaños que por cierto pertenecen al Pueblo y que curiosamente son utilizados para joder y dar por culo al Pueblo. El Pueblo español ejerce de puta y además de entregar el importe de su trabajo a los chulos que la putean, encima paga la cama. Esto es la hostia, colegas.
La última chulería, la última enculada trapera que nos ha metido esa panda de hijos de putas, ha sido la procedente del gremio de proxenetas con mando en plaza que habitan en la Comunidad de Madrid, puesto que ese colectivo de chulos acaba de dar el visto bueno para implantar la tasa de UN EURO por cada receta médica que se expida en esa casa de putas llamada Seguridad Social. Y encima los chulos alegan que es “para cuadrar los Presupuestos”.
Digo yo que será para cuadrar sus “presupuestos” de gastos varios y representativas comilonas, como por ejemplo el chanchulleo, pasteleo y robo a espuertas que se trae entre manos el Presidente de los Empresarios, un tal Arturo Fernández con los responsables de la concesión y avituallamiento de los bares y restaurantes del Congreso, del Senado y de la Asamblea de Madrid.
No sé si sabréis, ilustres blogueros, que las comilonas de sus putas Señorías en el interior de dichos recintos, están subvencionadas por nosotros, el puteado Pueblo español. O sea que una puta Señoría sólo paga 3,55 Euros por cubierto, más o menos un tercio de su coste real. La diferencia la pagamos nosotros, los siempre puteados españoles y desde hoy, condenados a palmarla por la vía rápida, caso de no disponer de los suficientes euros para obtener las recetas que en un momento dado pueden salvarnos la vida.
Vergonzoso y lamentable es comprobar lo que paga un niño por llevar su fiambrera al cole para calentársela en el microondas: 3,80 euros. O sea que un niño, además de pagar su comida, paga más que cualquiera de esos hijos de la gran puta.
Visto fríamente, en el aspecto de asistencia médica los hijoputas han desplegado una doble vía de negocio: Por una parte al fijar un euro por receta, restringen y acotan las probabilidades de que un modesto anciano con una pensión de miseria pueda medicarse, y por lo tanto con dicha tasa aumentan su factor de riesgo para que pueda espicharla a la mínima de cambio. Por consiguiente, una pensión menos que abonar a fin de mes. Un negocio completo. A menos pensionistas, más pasta a repartir entre los hijo putas que gobiernan el cotarro.
De otra parte también, ese colectivo de proxenetas con derecho a escaño podría eliminar el coste del ochenta por ciento de gastos suntuarios como por ejemplo, la barbaridad de coches oficiales que están permanentemente a su servicio, y de igual modo podría suprimir las tarjetas de crédito con cargo a los Presupuestos Generales del Estado, auténticas sanguijuelas que son utilizadas para adquisiciones y prebendas destinadas a satisfacer lujos, placeres, y viajes de variada índole con acompañante/a incluído/a.
Ya me perdonaréis, estimados colegas de blog, todos los exabruptos gramaticales presentes en este escrito, pero es que vista la situación y puesto que estamos tratando con chulos hijoputas, no me sale de los cojones escribir de otra manera.
¡Me cago en tó lo que se menea, Rediós!