EN EL CONGRESO DE DIPUTADOS FALTAN HUEVOS.

¡Coño!, pues para mí y para muchos españoles tal dicho nunca ha sido una sorpresa. Al contrario, puesto que la mayoría de sátrapas que allí asientan sus posaderas siempre se han distinguido por carecer de los suficientes cojones como para desempeñar su cargo con un mínimo de honestidad.

Pero lo bueno del caso es que tal noticia y dicho está en la calle y es vox pópuli, porque bajo el título “El león castrado del Congreso: ¿olvido o mensaje político?”, Raúl Piña publica en EL MUNDO el 9 de septiembre de 2012 un interesante artículo que en su inicio dice así:

“Al Congreso le faltan dos huevos. Literal. Muchos estarán de acuerdo, pero no van por ahí los tiros. Es una cuestión física, natural. Hay un castrado que lleva siglo y medio sufriendo en silencio. El león de la derecha del Congreso -mirando de frente el edificio-¬ no tiene testículos. Pequeño detalle que adquiere testosterona cuando se aprecia que su colega de la izquierda sí está dotado”

Y bien dotado, por cierto, añado. Estoy de acuerdo con Raúl Piña, aunque yo sí creo que los tiros van en la dirección correcta. O sea que el escultor Ponciano Ponzano se la metió doblada a sus Señorías, tanto a los de antes como a los actuales. Y sobre todo a sus Señorías de la Derecha, vista la ubicación del castrado león. Ambas esculturas fueron como un mensaje premonitorio encriptado en el tiempo y Canal Historia ha sido el encargado de descifrar dicho mensaje.

Los nombres de este par de leones tienen miga. Si uno baja por la Carrera de San Jerónimo, con el primero que se encuentra es con “Daóiz”, rebautizado por el vulgo como “Benavides”. Al león de la derecha se le adjudicó oficialmente el nombre de “Velarde”, pero al pueblo llano le dio por llamarle “Malospelos”.

De estar vivo hoy en día el escultor, sin duda nos diría: - ¿Tenía o no tenía razón cuando en mi mensaje de bronce os di a entender que a la derecha española le faltan huevos?.... Y está claro que nuestra respuesta en tiempo actual y visto el desarrollo de la movida política, sería sin duda afirmativa, porque al actual ejecutivo le faltan huevos para enfrentarse, entre otras cosas, con la que les está cayendo, con el carajo de los recortes y de las Autonomías.

Aunque también se le podría objetar que por más cojones que tenga el león de la izquierda, éstos sólo han servido y continúan sirviendo para masacrar y robar a manos llenas, tanto en tiempo de guerra como posteriormente en la democracia. Y si no que se lo pregunten a Santiago Carrillo, al gobierno en pleno de Felipe González y al descerebrado desgobierno de ZP. Por otra parte las garras del león de la izquierda son diminutas si las comparamos con el continuado ladronicio de la Izquierda, igualmente tanto en la guerra como en la paz.

Con ello quiero dar a entender que dichas garras deberían haber sido cinceladas con mayor tamaño. O bien en lugar del león con huevos, haber puesto una estatua del Tyrannosaurus rex, que puestos a comparar, quedaría mucho más apropiado para las Señorías de Izquierdas.

Según manifiesta Raúl Piña, unos nuevos testículos ya están fabricados. Los ha realizado durante este verano el maestro fundidor Eduardo Capa y pesan dos kilos.

Pues bueno. Que se los incrusten. Y de paso a ver si se presenta a concurso algún cirujano especialista en escrotos postizos o bolsas testiculares para proveer de dichos adminículos a todas las Señorías carentes de ellos. Aunque aquí se presenta no un problema, si no dos. ¿Qué hacemos con las Señorías que a pesar de tener huevos y minga no los utilizan en función de su sexo?.... (O sea, para entendernos, que son maricas.)…y a la contra… ¿Las Señorías que reciben, o sea, las que son empitonadas por la retaguardia, querrán desprenderse de sus escrotos y mingas o bien solicitarán un coño postizo? …..Y a la inversa, ¿Qué hacemos con las Señorías que son lesbianas?...¿Querrán huevos y minga reglamentaria, o bien optarán por una vulva más receptiva?....

Un follón de cojones, sin duda. Aunque lo que en el Congreso hace verdadera falta son Señorías con cojones que expongan su criterio con razones. Pero en modo alguno Señorías que impongan su criterio por cojones, máxime si carecen de ellos.