TOR/PEDOS CONTRA EL PSOE Capítulo II y último

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ARTILLEROS EN PIE DE GUERRA

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Me creía a salvo. Entre mis dedos índice y corazón humeaba orgulloso un Montecristo del 4 y ante mí se hallaba un vaso de tubo rebosante de whisky en común revoltijo con media docena de cubitos de hielo. La vida era bella, el sol brillaba en el firmamento, los pájaros trinaban afónicos de tanto cantar en el exterior del restaurante y la paella que me había metido entre pecho y espalda jugaba al mús en el interior de mi agradecido estómago, harto él de regímenes alimenticios impuestos por los galenos que se ocupan de mis coronarias, aorta y miocardio.

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Y digo que me creía a salvo puesto que mi persona se hallaba a buen recaudo en el restaurante de mis pecados, razón social y dirección que por cierto no volveré a mencionar en mis textos, puesto que está visto, no es de recibo aportar datos en un blog y que luego esos mismos datos pueden volverse en mi contra.

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En solitario y a escondidas como los viejos piratas atesoraban y contabilizaban los doblones, el abajo firmante entre calada y sorbo rememoraba finiquitados sueños, lances y orgías tanto gastronómicas como de cama, previas todas ellas a mi paso por quirófanos. Bien es cierto que los galenos y cirujanos, fumadores, bebedores y folladores empedernidos todos ellos, me advirtieron por activa y por pasiva la prohibición de fumar: "Ni de coña" - dogmatizaron enfáticos, mientras su aliento apestaba a Ducados - "Y de beber, ni se te ocurra, y en cuanto al fornicio o cincamiento bien harás en observar celibato durante cierto tiempo, no sea caso que un polvo te devuelva al polvo y ahí se acabe la historia".

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En ello estaba, dándole al meollo cuando de repente, cual estrella matutina apareció ante mí un fulgor en insinuante forma y apariencia femenina que me fulminó con su mirada. Hacía un buen rato que entre calada de Montecristo y lingotazo de whisky, sus ojos y los míos se habían cruzado en duelo de furtivas miradas habidas de su parte en medio de celestes fulgores.

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Y debo reconocer que mi prurito masculino se sintió alagado y transportado a cotas sublimes e inaccesibles, puesto que la bella dama hallábase acompañada de un paquidérmico galán, por lo que el duelo de miradas con la dama tenía más enjundia, prosapia y morbo. Y sobre todo, sorpresa, cuando observé que su grácil figura se alzaba de la mesa contigua y se dirigía hacia mí mientras un halo de celeste luz centelleaba en sus ojos, iluminados y pigmentados de un azul mediterráneo.

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-¿No te da vergüenza? - me increpó, llegando a mi vera - ¿Cómo te atreves a fumarte ese pedazo de puro y a meterte en el cuerpo este lingotazo de whisky, después de la operación que has sufrido?,...¿Estás loco, o qué?,...

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Enmudecí. Y juro por todos los dioses que mi memoria buscó en todos sus recuerdos, en todos los rostros de mujer que yo había conocido a lo largo de mi vida. Todos ellos desfilaron ante mí, pero el suyo no se hallaba entre los conocidos, amados o acariciados. La observé de arriba abajo. Era ciertamente bella, diabólicamente hermosa diría yo. Tuve que admitir que podría ser mi hija, pero de igual modo afirmé para mis adentros, era un sueño hecho carne palpitante, cimbreante y sensual. Un pedazo de mujer que por desgracia no me estaba echando los tejos, sino más bien una bronca acusándome de mis pecados y recriminándome acciones viciosas y mundanas que, realmente, me estaban jodiendo la salud cosa mala.

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Hice memoria. Definitivamente no la conocía. A buen seguro el sueño de mujer hecha carne que tenía ante mí, era una desconocida. Ni por asomo la relacionaba conmigo y mucho menos como una aventura amorosa.

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-¿Nos conocemos? - musité casi avergonzado, apagando el Montecristo y ocultando sibilinamente el tubo de whisky tras la botella de agua mineral.

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-Yo a ti sí te conozco desde hace tiempo. Tu fotografía está en Internet y tus textos están colgados en un blog.

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-Coño, pues ahora que caigo, es cierto. Pero no te ubico, no te conozco.

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-Ni puñetera falta que hace. Yo sólo te leo. Ni siquiera soy blogger. Entro, te leo y me largo, así de fácil. Y no está nada bien que después de como has tenido colgada a toda la peña, ahora te dediques a machacarte los pulmones con ese humo y a joderte el estómago con ese bebercio. Y conste que te he reconocido por tu perfil físico del lado derecho, que es el mismo de la foto colgada en tu blog.

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-Lo que ya es casualidad es haber coincidido en este restaurante.

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-De eso nada, monada. Lo mencionas en uno de tus post, en TOR/PEDOS CONTRA EL PSOE ¿o no te acuerdas de lo que escribes? Yo sabía que tarde o temprano te localizaría aquí.

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-¿Y?,...

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-Pues que somos muchos los que estamos dispuestos a soltar una andanada de cuescos frente a la sede del PSOE en Ferraz.

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-¡No me digas que has venido por eso y encima has comido fabada!

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-Bingo. Y voy bien cargada de munición.

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-Pues bien que lo siento. Yo he comido paella. De haberlo sabido,....

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-No importa. Javi también se ha metido una ración doble de fabes.

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-¿Quién es Javi? - inquirí.

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-Él es Javi - respondió, señalando a su paquidérmico acompañante - Y yo soy Gumi, de Gumersinda.

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-¡Coño!

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-Lo que yo te diga. Desde que me bautizaron no me hablo con mis padres. ¿Cuándo empezamos?

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-¿Empezar?,...¿Empezar a qué?

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-A cañonear la sede del PSOE. Hemos venido a eso, a repetir tu experiencia, que sin duda tuvo que ser una coña marinera. Javi dice que si ponemos de moda el cañoneo, es capaz de montar una sidrería frente a la entrada del peseoé, y seguro que nos forramos.

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Cerré los ojos. Por un momento creí que el mundo se hundía a mis pies. "Definitivamente, eres un capullo, José Luis - murmuré mentalmente - Toda la vida buscando un negocio seguro y rentable, y por una vez que lo vislumbras, vas y lo cascas en un blog". Ahí estaba el negocio: Restaurante-Sidrería, La Cañonera Lepanto. Especialidad, fabes de alto calibre. Mascletá garantizada. Descuentos a grupos peperos, catalanes y vascos. Joder, y yo con estos pelos, dando ideas gratuitamente a través de mi blog.

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-Soy un berzas - musité en voz baja.

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-¿Qué dices?,...

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-Nada, cosas mías,...Que os vaya bien con la andanada frente al PSOE.

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-Pero,...¿tú no vas a venir con nosotros?

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Preferí guardar silencio. "Lo que me faltaba - pensé - Hacer de guía turístico para pedorros y artilleros compulsivos con ansia de revancha frente a la sede de los peseoes en Ferraz",....Aunque visto desde un lado puramente profesional, tenía que admitir la novedad en cuanto a la forma y modo de protesta ciudadana. Si la cosa se ponía de moda, las protestas con carácter de pedorreta multitudinaria sentarían precedente e incluso jurisprudencia puesto que, al no haber nada legislado al respecto, a ver quien sería capaz de multar o detener a todo un colectivo que, tras zamparse una suculenta fabada le diera por orquestar, todos a una como Fuenteovejuna, un concierto de cuescos frente a la sede de los sociatas.

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-Mejor os acompaño - admití al fin - En marcha, que para luego es tarde.

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Cuando el tal Javí alzó su humanidad de la mesa, me imaginé la capacidad de fuego efectivo que portaba el menda en el buche y entre sus piernas, y las andanadas que podrían salir a través de aquellas posaderas elefantinas. Entonces fue cuando me percaté que la acción de ataque prometía y que el intríngulis de la cuestión sería contar con unos cuantos tíos como el Javi y ponerlos en batería frente a la sede peseoé.

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-¿Cuánto pesas, Javí? - le pregunté

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-Ciento cuarenta antes de comer. Después, ni se sabe.

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Normalmente el tráfico peatonal por la acera peseoé de Ferraz es más bien nulo o escaso. El coche-furgón de la policía se encuentra siempre al otro lado de la calle, a la sombra, por lo que los efectivos policiales tienen una visión amplia de la circulación de peatones. Si algún peatón se le ocurre pararse sin una causa justificada frente a la fachada socialista y obrera, automáticamente las fuerzas del orden despliegan un operativo consistente en un principio en escanear físicamente al individuo.

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Si el mencionado tiene pintas de currante en paro, con pancarta o sin ella, o intenta reclamar un derecho constitucional,..., pues eso, que lo lleva crudo. Se le acercan un par de bigardos vestidos de azul mecánico armados con porra, pipa Parabellum, grilletes y toda la parafernalia, y en menos de lo que se tarda en contarlo ya tenemos al currante en paro reclamando al maestro armero, pero esta vez a la altura de la calle Marqués de Urquijo, que está algo así como a doscientos metros de distancia de la central socio-obrera española.

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Nosotros tres no despertamos sospechas. El paso de Javi era más bien lento y cachazudo mientras el escultural cuerpo de Gumi rompía a su paso el asfalto y despertaba la libido de las fuerzas del orden. Todo se desarrollaba según lo previsto hasta que a Javi se le ocurrió apoyar su humanidad en la fachada del PSOE y de repente, sin previo aviso, soltó la primera descarga. Fue entonces cuando nos rodearon.

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Aquello no fue un cuesco. Aquel bramido, mugido o aullido intestinal fue la madre de todos los cuescos. El non plus ultra de los gases en expansión, y auditivamente, lo más parecido al retumbar de una descarga de obuses. Tras la primera andanada, de inmediato y sin tregua siguió una segunda entrega de cuescos cuyos efectos olfativos comenzaron a notarse en el entorno. El Javi estaba lanzado, iba a por todas, quería sentar cátedra y entrar en la historia por la puerta grande. Su voz era tan amplia y firme como sus posaderas y su arenga rasgó la apacible hora de la siesta :

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-¡Pueblo de Madrid!,...¡Qué lo sepáis!,...¡El pedo es el grito de libertad de la mierda oprimida! - vociferó en pleno éxtasis a los cuatro vientos - ¿Y cuál es la mayor mierda oprimida que hay en España?,... ¿eh?,......¡El obrero, el currante! ¡¡Esa es la mayor mierda, el mayor estorbo para los dirigentes sociatas que han dejado de ser obreros para convertirse en sicarios de los capitalistas!!,...¡Y eso os lo dice un socialista traicionado por el actual gobierno del buen talante!,...¡Arriba parias de la tierra, en pie, famélica legión!,....

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-Controla, tío, controla que se nos follan, cabrón - le susurré por lo bajo al ver el despliegue de las fuerzas del orden - Sólo se trataba de tirarse unos cuescos, y estás dando un mitin, coño.

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-Circulen. Pero ya.

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La orden y el tono fueron tajantes y no admitían réplica. Entre la Gumi y yo empujamos al Javi calle adelante, convertido todo él en una masa vociferante, en plena incontinencia intestinal y con sus esfínteres bajo mínimos. Cuescos intermitentes afloraban al exterior al mismo tiempo que recitaba de memoria consignas socialistas pasadas de moda, citas felipistas y proclamas guerristas. Cuando alcanzamos la esquina de Ferraz con Marqués de Urquijo, una vez a salvo de las fuerzas del orden, nos derrumbamos agotados en la escalinata de una iglesia cuyo nombre no viene al caso.

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-La próxima vez, prometo que sabré controlarme y no montaré un pollo - balbució el Javi, medio asfixiado por la carrera - Hoy me ha podido el momento. Eso de poder cagarme frente a la sede socialista es algo único, una experiencia inenarrable, algo similar a practicar deporte de alto riesgo.

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-La próxima vez que lo intentes, te aconsejo que te cisques frente a la fachada sin más y te abstengas de abrir la boca - le increpé - Que una cosa es soltar un cuesco contra los socialistas, y otra muy distinta soltar un mitin antisocialista,...Aunque si lo miramos fríamente, viene a ser lo mismo. En ambos casos lo único que se suelta es mierda.

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Miré hacia atrás sin ira, sin acritud, con buen rollito y mejor talante,...En la fachada de la sede socialista, se estaba poniendo el sol,...