jueves, 4 de septiembre de 2014

LA INVASIÓN. Capítulo II


Cuando en 2011 me decidí a escribir LA INVASIÓN, según parece no andaba tan descaminado en mis predicciones, a pesar que en el capítulo anterior ya advertía que mi novela no pretende ser un relato profético. Sin embargo creo que me equivoqué en mi apreciación.
La invasión musulmana ya ha dado comienzo.
Y nosotros, los infieles, ya podemos ir liando los bártulos.
O inflarlos a hostias, que es otra opción.

Ved ESTE ENLACE  

Manda huevos con los putos soplapollas de la yihad, o como coño se llame el invento de esos descerebrados. A ver si ahora resulta que me he convertido en un nuevo Nostradamus, versión Blogger-Windows7. 

LA INVASIÓN 
CRÓNICA DE UN FUTURO INMEDIATO 
Capítulo II 

 Debo poner en orden mis ideas y organizar de igual modo las provisiones y el armamento. El tiempo se acaba, mi mundo se hunde, desaparece engullido por la propia incompetencia del ser humano, por la maldad que lleva consigo la guerra y también por el hambre. Los habitantes de la Tierra no hemos sabido regentar con dignidad lo que nos fue legado, y ahora los cuatro jinetes del Apocalipsis galopan desenfrenadamente a través de nuestro planeta sumido en la barbarie. 

 Vacío sobre el suelo del búnker el contenido de todas las cajas que pude requisar en lo que días antes fue un apacible y bello pueblo mediterráneo. Tuve que abrirme paso entre montones de cascotes, escombros y cadáveres hasta llegar al centro comercial de la población, hoy en día destruida y calcinada por un misil islámico. 

 Hago recuento de víveres, armas y municiones. Dispongo de lo suficiente para resistir largo tiempo sin necesidad de regresar al pueblo pisoteado por la guerra. Hurgando entre los diferentes artículos seleccionados en mi requisa, mis manos tropiezan con un teléfono móvil. Asqueado, lo arrojo por el acantilado. Para nada me sirve ya. Los satélites de comunicaciones han dejado de ser operativos. 

 Bien es cierto que los seres humanos jamás nos comunicamos entre nosotros mismos. De nada nos sirvió poseer una sofisticada red de comunicaciones. No supimos acertar con la clave de acceso a la comunión colectiva de la Conciencia Universal. La Humanidad en bloque se parapetó tras sus propios errores, negándose a regenerar su proceso evolutivo. 

 Mis ojos recorren la línea del horizonte, intentando descubrir algún resto del último combate naval que se ha librado en estas aguas, pero nada rompe la superficie del mar. No existe el menor indicio de la atrocidad provocada por el hombre en ese mismo escenario, hace escasamente dos días. El Mediterráneo asistió como testigo de cargo, mudo e impotente, al mayor enfrentamiento naval de la Historia. 

 La Armada de la Unión Europea luchó hasta la extenuación contra las Fuerzas Aéreo-Navales del Frente Islámico Internacional, pero tras cinco horas de combate sucumbió ante el potencial ofensivo, técnico y humano de las fuerzas de ocupación. Mientras tanto, la Armada de los E.E.U.U. permaneció guarecida en sus aguas territoriales en estado de máxima alerta, y la Royal Navy se apostó en el Canal con el fin de frenar un más que posible desembarco de tropas islamistas en territorio inglés. 
 Pero ninguna de las dos Armadas acudió a prestar ayuda en el Mediterráneo.  

 La Armada de la Unión Europea para su defensa en el Mediterráneo sólo contó con escasas unidades navales francesas, italianas y españolas. La descoordinación de sus respectivos mandos operativos con bases en Tolón, La Spezia y Cartagena, fue crucial a la vez que caótica puesto que las Fuerzas Aéreo-Navales del Frente Islámico Internacional utilizaron un novísimo emisor de radiofrecuencia que inutilizó por completo los sistemas electrónicos de defensa y ataque de la Armada Europea. 

 De la hecatombe naval tan sólo se salvó la Deutsche Marine de la República Federal de Alemania. Los científicos de la flota submarina alemana con bases en Rostock, y Kiel en el mar Báltico, y Bremerhaven y Wilhelmshaven en el Mar del Norte, desarrollaron in extremis un inhibidor de radiofrecuencia naval, que a pesar de no ser operativo para los buques que navegaban en superficie, sí lo era con los submarinos que patrullaban sumergidos en aguas próximas a las bases navales de Rostock, Kiel y Bremerhaven. 

 En el año 2013, la Deutsche Marine tan sólo contaba con cuatro unidades U-Boote de la clase 212 (212A): U31, U32, U33, U34, submarinos convencionales no nucleares propulsados por motores Diesel de quinta generación, reforzados con un sistema adicional de propulsión independiente de aire (AIP), que utilizaba una membrana de intercambio de protones en células de combustible alimentadas por hidrógeno. 

 Sin embargo anteriormente, concretamente el 3 de Junio de 2012, el semanario alemán “Der Spiegel” denunció y con pruebas irrefutables que el Gobierno, en aquellos años presidido por Ángela Merkel había fabricado en los astilleros de Kiel tres unidades de submarinos de la clase Dolphin, una versión muy modificada del U-Boot 209 armados con cabezas nucleares. Estas unidades fueron entregadas al Gobierno de Israel dotando de esta forma a la Armada israelí de capacidad atómica. 

 El 7 de Mayo de 2020, coincidiendo curiosamente dicha fecha con el 75 Aniversario del fin del III Reich, la derrota de Alemania y el fin de la II Guerra Mundial, la República Federal de Alemania se retiró de la Unión Europea. La locomotora económica que había impulsado el desarrollo europeo, frenó en seco su trayectoria. Desde aquel mismo instante Alemania se rearmó y blindó sus fronteras. 

 Hoy en día el continente europeo a excepción de Alemania, se encuentra a merced de las hordas invasoras del Frente Islámico de Liberación, mientras su Ejército del Sur con bases en Marruecos, Argelia, Túnez y Trípoli, más las tropas formadas por el Ejército de Oriente, avanzan inexorablemente desde los confines de Arabia y Asia Central arrollándolo todo a su paso. 

 En Oriente Próximo el Estado de Israel todavía permanece agazapado en Jerusalén, Tel Aviv y Haifa, a pesar que dicho puerto fue destruido en su totalidad por misiles del Frente Islámico Internacional. Como único baluarte de defensa y ataque israelí, sólo queda la mítica e histórica fortaleza de Masada, a orillas del Mar Muerto, lugar en el cual se encuentran situadas y activadas doscientas cabezas nucleares, preparadas para ser lanzadas al unísono rumbo a los cuatro puntos cardinales. 

 El Frente Islámico Internacional era sabedor del peligro que se cernía sobre la meseta de Masada y permaneció a la expectativa sin atacar objetivos israelíes. Cuando el puerto de Haifa fue destruido, el Estado de Israel advirtió que el lanzamiento de un nuevo misil islamista sobre territorio israelí bastaría para desencadenar un lanzamiento masivo de misiles nucleares. De pulsarse el botón de lanzamiento, todas las poblaciones y territorios situados en un círculo de 1.500 kilómetros, quedarían totalmente irradiados. Sería el fin para el Frente Islámico y un nuevo y definitivo Holocausto para el pueblo judío. 

 La fortaleza de Masada fue y continúa siendo el lugar del primer holocausto judío habido en el año 73 de nuestra Era, cuando Eleazar ben Yairun, un rebelde zelote, reunió a sus huestes y les propuso suicidarse para evitar ser hechos prisioneros de Roma. Debido a tal circunstancia histórica, Masada ha sido el lugar de juramento de lealtad para las tropas del ejército israelí, donde sus efectivos militares proclaman a voz en grito: ¡Masada no volverá a caer! 

 Pero casi toda Europa sí que ha caído. Millones de bocas famélicas se han unido, formando el mayor contingente armado que ha existido a través de los siglos. El jinete apocalíptico de La Guerra, galopa frenéticamente huyendo del hambre y de la miseria, en pos de los derechos humanos y del pan y la sal que la sociedad occidental les negó en su día. Para ellos ha llegado la hora de la venganza. 

 En el nombre de Alá, cientos de miles de yihadistas bajo el lema de Guerra Santa, y otros tantos millones de seres humanos movidos simplemente por fanatismo religioso y el hambre que corroía sus entrañas, han invadido la vieja Europa. 

 Millones de parias abandonaron estériles campos y se lanzaron a la conquista de su libertad. La masa de corderos sojuzgados se convirtió en una temible manada de lobos sedientos de sangre, pero en su agrupación y posterior organización no figuró un líder que pudiera ser definido como tal, a pesar que a comienzos del Tercer Milenio Ussama Bin Laden fue el principal catalizador de la guerra, y su captura y ejecución por efectivos norteamericanos, el germen que años después hizo explotar La Gran Hecatombe. 

 La precisa sincronización y efectividad de sus posteriores ataques a la sociedad occidental, ya no precisó de líderes políticos o religiosos. El peligro hace que se agrupe la manada. Los lobos atacan. 
Su líder es Alá y el Hambre. 

 La invasión de Occidente fue un proceso de evolución lento y larvado.  
El caldo de cultivo fraguado durante decenios en el laboratorio democrático del llamado mundo libre, alcanzó al fin su punto máximo de ebullición cuando el bien nutrido hombre occidental forzó la máquina, obligando a los parias de la Tierra a apretarse el cinturón un punto más allá del límite aconsejable. 

 El poder económico de la Unión Europea, conjuntamente con la tradicional soberbia imperialista de los Estados Unidos de América, aplastaron sin piedad a un Tercer Mundo que hacía siglos se estaba debatiendo entre la vida y la muerte. Fue entonces cuando millones de seres humanos se alzaron desde el fondo de sus pozos de hambre y miseria, negándose a continuar viviendo bajo encubiertos estados de esclavitud democrática. 
 La democracia no otorga gratuitamente el pan. 

 Sin embargo el Frente Islámico Internacional supo fundir la miseria y el hambre, paliándolas mediante la Guerra Santa. Les ofreció pan, armas y el premio del Paraíso si morían en combate luchando contra los infieles de Occidente. Idéntica versión de Las Cruzadas promovida siglos atrás por el Vaticano, con la diferencia que actualmente las tropas islámicas no hacen prisioneros. Los degüellan.

Años más tarde las larvas eclosionaron, dejando volar en libertad a las crisálidas de la muerte. Nacía el conflicto Oriente-Occidente. 
…………………  

 El viento de Tramontana ruge barriendo la costa oriental española. Su rugido es como un gran lamento que se amplifica por el espacio y sobre las olas de lo que un día, dicen, fue la cuna de la Civilización. Una civilización que jamás hizo honor a su nombre. Siempre nos estuvimos matando como perros hambrientos en pos de un trozo de pan o en el nombre de nuestros dioses. Jamás fuimos civilizados. 

 La quijada de asno que se alzó hermano contra hermano en los primeros compases de la narración bíblica, todavía permanece suspendida en el aire. Llevamos el mal impreso en nuestros genes desde el principio de los tiempos y morimos aferrados al mismo mal cuando nos llega la hora de partir hacia la muerte, rumbo a lo desconocido. 

 Nuestro mundo siempre ha sido un semillero de violencia. Perdido en el extrarradio de la galaxia, el planeta Tierra se ha caracterizado desde sus orígenes por albergar una raza de seres cuyo único objetivo ha sido la supervivencia física, aun a costa de la destrucción de su hábitat y de su propia especie. 

 La madre Tierra nos avisó con tiempo. Al principio del Tercer Milenio sus entrañas se abrieron provocando seísmos de gran magnitud, erupciones volcánicas, maremotos, inundaciones y terribles sequías. Los efectos conjuntos de sus avisos causaron millones de muertos, mas a pesar de ello los seres humanos proseguimos con nuestra labor destructiva. 

 Machacábamos el suelo que nos albergaba y continuábamos sangrando a nuestra propia especie, devorándonos los unos a los otros en cientos de guerras fratricidas, convirtiendo nuestra existencia en un acto de canibalismo cósmico. Fue el principio del fin. La llegada del Tercer Milenio tan sólo significó un cambio cronológico según las pautas marcadas por el calendario cristiano, pero estuvo muy lejos de significar un cambio en las estructuras mentales de la humanidad que disfrutaba del poder económico. 

 Una humanidad marcada a fuego por las profundas desigualdades sociales entre los pueblos. La dualidad entre países ricos y pobres acrecentó el odio y fomentó la guerra. Tres cuartas partes de seres humanos vivían en naciones azotadas por el hambre y la miseria, obligando a sus habitantes a subsistir con rentas ínfimas. Dentro de esas mismas naciones, las enfermedades endémicas causaban estragos entre poblaciones que no sabían cómo despojarse del fantasma de la pobreza congénita.  

 Más de novecientos millones de personas pasaban hambre y quinientos millones se alimentaban bajo mínimos. La bandera del hambre se alzó sobre los pueblos del Tercer Mundo y el estandarte de la guerra fue enarbolado por millones de hombres hambrientos de pan y sedientos de justicia. Alentados por el Islam, más de mil millones de seres humanos se pusieron en pie de guerra. 

 Esos millones de parias y fanáticos religiosos ya están aquí. Han desembarcado en las costas mediterráneas y sus divisiones acorazadas ruedan frenéticamente hacia el corazón de Europa destruyendo a su paso todo signo de vida. 
La barbarie está servida. 
El viejo continente sucumbe. 

 Por donde pisan las orugas de sus carros de combate, jamás volverá a crecer la hierba. 

(Continuará) 
LA INVASIÓN 
Copyright © 2014 José Luís de Valero. 
Todos los derechos reservados.

8 comentarios:

  1. No eres el único que hablas de esa posible invasión más o menos inminente para la que no me quedan fuerzas ni de resistencia. Los fanatismos han llevado a la humanidad a grandes desastres y podría repetirlo una vez más, ya que el hombre es el único animal que tropieza dos veces en la misma piedra. Ni estoy en condiciones de hacer los bártulos y correr delante de ellos, ni tengo cuerpo para batallas. Confío en que ese Dios único ponga las cosas en su sitio y nos evite la gran conflagración.
    Un fuerte abrazo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Buenos días nos dé Dios, estimado Francisco
      Y que nos los continúe dando durante unos cuantos años más, o de lo contrario como a los acólitos de Alá les dé por comenzar su reconquista del Al Andalus por Córdoba vía Sevilla, los "infieles" lo llevamos crudo.,

      De hecho, dentro de nuestras fronteras ya existe un buen número de yihadistas camuflados que están prestos para desenfundar el alfanje y rebanarnos el pescuezo. Y otros menos puristas pero más temibles, que tienen preparadas grandes dosis de explosivos y goma2 con el fin de hacernos volar por los aires.

      Creo que por desgracia, mi novela LA INVASIÓN es la crónica de una muerte anunciada.
      Y digo y repito que quiero equivocarme.
      O cuando menos, estar muerto para no verlo.

      Recibe mi fraternal abrazo, querido Francisco.

      Eliminar
  2. Espero que Uropa despierte y no tengamos que pasar por tu relato. Un abrazo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Eso espero yo también, estimado Draco. Aunque si has pinchado el Enlace marcado en rojo, habrás podido comprobar que según los planes de invasión musulmana, la "reconquista" por parte de la Yihad se frena en la cornisa cantábrica. O sea que en Asturias y Cantabria os vais a librar de la quema y el degüello.
      Un abrazo, estimado Draco.

      Eliminar
  3. Mi Querido Jose Luis, CHAPEAU.
    Es Gracioso Comprobar Como Se Dan Ciertas CASUALIDADES CASUALES, Sin Las TRABAS DE TIEMPO O ESPACIO.
    Hace Años, Yo Escribí, También, Unna Pequeña Novela De Tema Similar A La Tuya. Y La Verdad, La REALIDAD AMENAZA Con Dejarnos A Todos A La Altura Del Betún, Con Su PROGRAMADA BRUTALIDAD SANGUINARIA...
    Muy Bueno Como Siempre Tu ESTILO NARRATIVO. Y Muy Bien DOCUMENTADO. UN APLAUSO SIN MÁS POR MERECIDO HOMENAJE.
    Imagino Que Habrás PREVISTO PASOS EN PREVISIÓN DE QUE ESTALLE UN PIFOSTIO "MULTI-INCULTO" Y Si No Te Recomiendo Que Lo Hagas...
    Que ESPAÑA Y EUROPA Están Llenos De GILI-BUENISTAS-AMARICONADOS Y SUICIDAS, Que Nisiquiera Se Defenderán Si Llega El Día De LA VERDAD.
    Que Sigas Tan Inspirado Y Tan VITAL.
    Un Fraternal Abrazo-
    Un Brindis Con El Mejor CALDO Que Se Pueda Encontrar Para Acompañar A Un Buen JAMÓN IBÉRICO.
    ¡SUS Y AL MORO Y CON SANTIAGO, CERREMOS ESPAÑA OTRA VEZ!
    BENDICIONES MIL
    Y
    ¡¡RIAU RIAU!!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Insigne Old Nick:
      Disculpa la tardanza en contestar, pero estos días ando un poco "joio" con ambos periscopios.
      No sé si será por el negro panorama que nos rodea, con tanto moromierda dando por culo y tirando de navaja trapera para acojonar al personal, o bien porque yo mismo me he contagiado del pesimismo apocalíptico de este tocho literario.

      Mi único paso previsto caso de una invasión moruna en toda regla, es el de refugiarme en mi búnker y disparar con posta lobera a cualquier elemento con chilaba que aparezca en mi punto de mira. Y por supuesto, beberme a morro todas mis reservas de Ron Negrita.

      Voy a ver si esta misma tarde subo el Capítulo III pa que se entere lla peña de lo que va a pasar en España, teniendo muy en cuenta las iniciales consecuencias de la famosa frase, "PAPELES PARA TODOS".

      LAUS DEO, mi querido colega.

      Eliminar
  4. Es tradición española / darle gusto a la pirola / y tradición mahometana / zurrarnos bien la badana, / por lo tanto, José Luis, / muy pronto nos harán pis / y aunque nos digan que llueve / será la prueba del nueve / porque entre tantas meadas / veremos nuestras cagadas.

    Un abrazo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Nos dieron, nos dan y nos darán,
      los moros por culo, digo,
      y de no mediar de nuevo El Cid,
      nuestros ojetes veremos,
      escaldados y agrietados,
      y a la mujer española,
      tan coqueta y casquivana,
      con burka y saya de rayas.

      Otro abrazo, querido Javier.

      Eliminar

Se ha habilitado la moderación de comentarios. Será eliminado todo comentario que se considere ofensivo y vaya contra el autor y los comentaristas de esta bitácora. Su IP, hora de entrada y salida, lugar de conexión y comentario quedarán reflejados en el scaner de seguimiento por si hubiere lugar a poner sus datos en conocimiento del Departamento de Delitos Telemáticos de la Guardia Civil.