martes, 9 de septiembre de 2014

LA INVASIÓN. Capítulo III


“En líneas generales, España había sido el primer y gran coladero de inmigrantes en Europa con la total colaboración del Gobierno que, mediante permisivas legislaciones, fomentó desde un principio la inmigración descontrolada otorgando a los extranjeros, derechos y prebendas que en algunos casos ni los propios españoles ostentaban” 

LA INVASIÓN 
CRÓNICA DE UN FUTURO INMEDIATO 
Capítulo III 

 Hace más de cuarenta y ocho horas que no pruebo bocado. Busco en el interior de una de las cajas de provisiones y saco lo primero que tocan mis manos. Abro unas latas de raciones de carne en conserva que engullo con frenesí y después descorcho una botella de cava apurando un largo trago. Eructo, y el sonido estomacal retumba en el interior del búnker asustando a un solitario ratón de campo con grandes y transparentes orejas, único invitado al ágape. 

 Leo la etiqueta de la botella escrita en catalán con profusión de propaganda sobre la elaboración del burbujeante producto: Sant Sadurní d´Anoia. Collita2023. La última cosecha. No habrán más. Los viñedos de las riberas del río Anoia ya no existen, así como tampoco los campos de cultivo de vides en el Penedés. La guerra química ha sembrado de ponzoña todas las tierras de España y las de media Europa. Alzo la botella en un solitario brindis mirando hacia mi amado Mediterráneo. La calcinada tierra que pisamos ya no nos pertenece. Se encuentra en poder de los invasores. 
Todo se ha ido al carajo. 

 El ratoncillo asoma sus sedosos bigotes a través de una fisura en el hormigón oteando su reducido horizonte, olfateando con avidez los restos de la comida depositada en el fondo de las latas. Vacío el contenido frente a su escondrijo. Sus ojillos rojizos me observan sin temor. Creo que es la primera vez que ve a un gigante de dos patas, pero parece encontrarse a gusto con mi presencia. Se llena de comida ambos carrillos al igual que pudiera hacerlo una ardilla, ayudándose con sus pequeñas patas delanteras. Le dejo con su festín y salgo al exterior del búnker para que me azote el viento de Tramontana. 

Trasiego el resto de cava a mi estómago y la botella vacía se hunde en las aguas del mar sin ningún mensaje en su interior. Me tiendo sobre la húmeda hierba del acantilado entornando los ojos e intento fundirme con el refulgente amanecer. Arrullado por el rugir del viento me adormezco recogido en posición fetal, deseando que mi madre la Mar me acoja y arrope en sus entrañas para siempre. Me duermo recordando los últimos acontecimientos. 
 No deseo despertar. 

 ……………………………. 

 El Almirantazgo de la U.E. creyó conveniente agrupar el cincuenta por ciento de la flota europea frente a las costas francesas e italianas, para de ese modo proteger y hacer frente al desembarco masivo de las fuerzas invasoras del Frente Islámico de Liberación en el continente europeo. Pero no hubo tiempo. La Unión Europea no funcionó con la debida celeridad en un momento clave para su existencia. La estrategia militar brilló por su ausencia y el desconcierto generalizado provocado en los sistemas electrónicos navales por la emisión de radiofrecuencias islamistas, se adueñó de los mandos de la Defensa Continental. 

 Años antes, cuando les llegó la hora de tomar decisiones importantes que afectaban a la supervivencia de los estados europeos, el Alto Mando perdió los papeles y el tiempo discutiendo en interminables conferencias sobre lo que se debía y no se debía hacer con el asunto de la ola de refugiados que invadían Europa. 

 La verdad es que los Estados Unidos de Europa jamás funcionaron conjuntamente a nivel de nación, ni tan siquiera en el ámbito de las diferentes instituciones. El peso específico de sus respectivos pasados históricos pudo más que la conciencia de colectividad con la que en un principio se quiso enmascarar la fusión política y comercial europea. 

 El pueblo alemán, como apunte anteriormente y se verá más adelante, fue el primero en levantarse tomando drásticas decisiones para salvaguardar sus fronteras, su economía y su libertad, siendo por ello vilipendiado y tachado de xenófobo por el resto de las naciones. Meses después, la Unión Europea tuvo que otorgarle la razón uniéndose a Alemania con el fin de frenar la avalancha humana procedente de los países del llamado Tercer Mundo y de los yihadistas que mediante sus actos terroristas asolaban Europa. 

 En aquellos años, el territorio español aglutinaba un treinta por ciento de población extranjera. Para los refugiados sudamericanos la única vía de escape a Europa era solicitar asilo en la Madre Patria, pero ni España ni los españoles estaban en aquellos tiempos para excesivas fiestas de acogida. Ya en la década de los noventa y hasta 2016, la avalancha humana de inmigrantes procedentes tanto de Marruecos como del resto de países africanos y sudamericanos había sido aplastante, y a la larga sus consecuencias fueron desastrosas para el resto de los españoles autóctonos que veían como su país se había convertido en una gigantesca Torre de Babel, incapaz de subsistir económicamente debido al flujo de inmigrantes indocumentados que desembarcaban constantemente en la costa española. 

 A lo largo de los años, la llegada de millones de personas en busca de pan y trabajo hizo que se colapsaran los principales núcleos de población civil e industrial. Las calles de las ciudades españolas comenzaron a poblarse con seres de todas las razas y credos que a su vez, se unieron formando comunidades cerradas en las cuales era casi imposible que las policías locales pudieran intervenir para frenar los desmanes que se cometían a plena luz del día. Las ciudades dejaron de ser seguras para convertirse en campos de batalla donde imperaba la ley del más fuerte. 

 Los ciudadanos españoles pasaron de la noche a la mañana de proclamarse antirracistas, a defender sus bienes por encima de cualquier sentimentalismo humano. La xenofobia se impuso en una sociedad que no estaba dispuesta a consentir más robos, asesinatos y violaciones por parte de cientos de miles de refugiados que habían tomado a España por un vertedero de inmundicia y a los españoles por individuos permisivos que les recibían con los brazos abiertos, consintiendo todas sus tropelías. 

 Los antiguos centros de acogida fueron clausurados y las ayudas económicas que antiguamente eran destinadas a los inmigrantes, canceladas. Tan sólo la Cruz Roja Española continuó atendiendo por un tiempo a los enfermos – que eran miles – mediante la distribución de medicamentos y raciones de comida procedentes de sus almacenes de reserva. Cuando se agotaron las existencias, Cruz Roja solicitó a la UE nuevos envíos para atender la creciente avalancha humana que se agolpaba ante las puertas de sus hospitales, pero la UE cerró el grifo. Ya lo había hecho anteriormente en el resto de Europa incluso con las ONG que ya entonces trabajaban exclusivamente a favor de los ciudadanos comunitarios, excluyendo a los inmigrantes indocumentados. 

 El caos y el miedo se adueñaron de cada rincón de España. Los levantamientos civiles se pusieron a la orden del día y al Gobierno la situación se le escapó de las manos. Los inmigrantes indocumentados que pudieron ser detenidos dentro de territorio español fueron internados en campos de concentración creados para tal fin, situados en lugares de difícil acceso y dotados con amplias medidas de seguridad.  

 A los inmigrantes que años antes se habían hecho con la nacionalidad española y por lo tanto podían ser considerados como europeos por derecho, no les cupo mejor suerte. Los guetos en las grandes ciudades comenzaron a poblarse de musulmanes en su mayor parte, puesto que los refugiados procedentes del Este de Europa fueron aceptados por el Gobierno de la nación como ciudadanos europeos y por lo tanto excluidos de la criba. 

 Como país integrante de la Unión Europea, España solicitó urgente ayuda comunitaria para frenar la invasión que se estaba produciendo a través del Estrecho de Gibraltar, pero las arcas de la UE se hallaban bajo mínimos y desde Bruselas las únicas ayudas que se recibieron fueron las de carácter militar y logístico, respecto a los movimientos de efectivos navales y tropas especialmente equipadas para la vigilancia costera, que fueron las encargadas de reprimir las oleadas de lo que más tarde se denominó La Gran Invasión. 

 Las fuerzas de la Guardia Civil que hasta entonces se habían encargado de la vigilancia de la costa española y de la captura en alta mar de embarcaciones procedentes de Marruecos, fueron sustituidas por unidades de élite tanto navales como terrestres, efectivos militares que operaban bajo la bandera de la Unión Europea. 

 Al inicio del III Milenio las pateras procedentes de Marruecos dejaban en las playas españolas un promedio de doscientos refugiados diarios. Con el tiempo las pateras fueron sustituidas por lanchas rápidas con capacidad para cien pasajeros cada una. Eran muchas las embarcaciones que cruzaban diariamente el Estrecho en viajes de ida y vuelta, originando desembarcos masivos de dos y tres mil hombres por día, que se desperdigaban a lo largo y ancho del territorio nacional, provocando una auténtica invasión de bocas hambrientas a las que les importaba bien poco la forma de conseguir algo de comida para continuar con vida. 

 También con el paso del tiempo las anteriormente llamadas, Mafias del Estrecho que operaban en territorio marroquí favoreciendo el paso clandestino de inmigrantes hacia España, fueron sustituidas por mandos militares del Frente Islámico Internacional que operaba con total impunidad en el norte de África teniendo como bases las ciudades de Tánger, Ceuta, Melilla, Túnez y Argel, así como también Trípoli y Bengasi en territorio libio. 

 El descontento y la anarquía se generalizó en todo el segmento social español y los gobiernos que se sucedieron fueron incapaces de poner orden y concierto en un país que servía de cabeza de puente a la inmigración procedente de África y de Sudamérica. La UE tomó cartas en el asunto y quiso hacer de la Península Ibérica un bastión inexpugnable a las acometidas migratorias. Para tal fin el territorio costero español se blindó, convirtiéndose en un búnker vigilado por miles de ojos y armas prestas a ser utilizadas a la mínima de cambio. 

 Se sabe que algunas lanchas rápidas armadas con misiles procedentes de Marruecos y con destino a las costas de Tarifa, fueron torpedeadas por submarinos de la UE apostados en aguas internacionales causando con su intervención cientos de muertos, pero ese detalle no frenó en modo alguno la invasión; más bien la fortaleció en su aspecto de misticismo religioso puesto que para los fundamentalistas islámicos el cruzar hacia Europa dejó de ser una necesidad individual con el fin de subsistir, para convertirse en yidah, “Guerra Santa” contra el infiel occidental. 

 El Frente Islámico Internacional se hizo cada vez más fuerte. Sus filas se incrementaron día a día con individuos agrupados en el norte de África, dispuestos a ofrecer su vida por la causa islámica en acciones de sabotaje y ataques suicidas contra objetivos occidentales. Tanto en Argelia como en Libia existían campos de acogida de refugiados, que a su vez eran reconvertidos en campos de entrenamiento para la formación de comandos terroristas y del naciente Ejército Islámico. 

 En líneas generales, España había sido el primer y gran coladero de inmigrantes en Europa con la total colaboración del Gobierno que, mediante permisivas legislaciones, fomentó desde un principio la inmigración descontrolada otorgando a los extranjeros, derechos y prebendas que en algunos casos ni los propios españoles ostentaban. 

Con el tiempo, eso hizo que el malestar y el descontento crearan en la sociedad española un caldo de cultivo que desembocó en un levantamiento civil de funestas consecuencias, con terroríficos actos de barbarie que tiñeron de sangre los campos y las calles de España. 

 El terror se adueñó de la Península Ibérica, pero aquella Era nefasta había comenzado mucho antes. 

(Continuará)  

LA INVASIÓN 
Copyright © 2014 José Luís de Valero. 
Todos los derechos reservados.

13 comentarios:

  1. El mundo sería un lugar mucho mejor si no existiese el islam. ¡¡¡MUERTE Y ANIQUILACIÓN TOTAL DEL ISLAM, YA!!!

    #StopIslam

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    1. También creo que el mundo y la humanidad sería mucho mejor sin el fanatismo religioso que mina y azota el interior de los seres humanos.
      Hay veces que los árboles nos impiden ver el bosque.

      Saludos, estimado Ramrock.

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    2. Hay veces que no vemos el bosque porque los árboles están quemados. Así está siendo quemada o podada o talada nuestra civilización occidental de raíces judeo-cristiana.

      Un abrazo.

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    3. En efecto, querido Javier. Y lo peor de todo es que nadie parece prestar la menor importancia.
      Tan sólo cuatro locos como nosotros. Y encima cuando denunciamos los hechos, nos tachan de racistas.
      Un abrazo, mi querido "loco"

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  2. Ya tenía que estar aniquiliado hace muchos años. Una religión que quedó anclada en el pasado, con dirigentes que solo miran por enriquecerse cada día más mientras mantienen al pueblo aborregado a base de la sharía da pena.

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    1. Casi todas las religiones monoteístas han evolucionado en menor o mayor escala, salvo el Islam, anclada en un pasado ciertamente esclavista y aterrador donde se siguen los dictados de un profeta pederasta que dijo ser el enviado de Alá, el Dios cruel y vengativo del Antiguo Testamento, en cuya doctrina no se reconocen los Derechos Humanos y se fomenta el degüello de todos nosotros, "los infieles"

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  3. Madre del Amor hermoso, no sé si escribes una utopía o una novela histórica en retrospectiva desde un futuro más lejano. Pero casi que veo una solución: irme a EEUU. Al menos parecen tomarse las cosas más en serio. Un saludo.

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    1. Bienvenido Nemesio.
      Por el bien de todos espero que esta novela NO SEA una novela histórica en retrospectiva, porque de serlo sería el fin de un mundo civilizado o el que se supone, tiene que seguir siendo..

      Te doy la razón respecto a irte a EEUU, Quizá cuando leas el siguiente Capitulo IV,sepas los porqués.
      Un saludo, estimado Nemesio.

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  4. Muy bien, José Luis.
    He tardado algo, pero al fin he podido leer los capítulos que has publicado. ¿Lo has escrito estos últimos días? Si no es así, te felicito: profetizas muy bien, visto el panorama actual. Si lo estás escribiendo ahora, ansío ver cómo se va desarrollando el nudo de la historia. Aunque el final es conocido, las posibilidades son infinitas hasta llegar a él.
    Me alegra ver que estás escribiendo tu libro y eso me da fuerzas para ponerme a teclear algo que llevo demasiado tiempo pensando y pensando, con muchas notas e ideas... pero con escaso tiempo, que, para más inri, también se me fuga entre los dedos.
    Espero que todo vaya bien.
    Un saludo.

    ...ah, y no vayas a hacer como esos escritores que, un buen día, se cansan y dejan a los lectores con la miel en los labios, eh!

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    1. Y otra cosa; el vídeo del capítulo 1, muy cachondo. Me ha hecho gracia la caracterización.

      Saludos.

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    2. Estimado Herep:

      Agradezco tu visita a este Infierno convertido hoy en día en un escaparate apocalíptico.
      Este tocho literario comencé a redactarlo en 2011 y le puse punto final en Junio del presente año, fecha en la cual quedó registrado, si bien con anterioridad añadí algunas acciones puntuales que se están produciendo en la actualidad, como por ejemplo los degüellos a periodistas y civiles ofrecidos vía Internet.

      El final al que aludes, yo no lo tengo tan claro aunque al escribir mi novela opté por seguir un guión preestablecido de antemano. Hasta el Capítulo IV la narración es explicativa y lineal, pero a partir del Capítulo V entran en acción los diálogos con varios personajes que se incorporan al desarrollo de los acontecimientos. Buena parte de las acciones las sitúo en Alemania.

      Y no te preocupes, que no pienso dejar a nadie con la miel en los labios. LA INVASIÓN proseguirá hasta el último capítulo, aunque como entre revisiones y achaques ando un pelín joio, tampoco tengo mucho tiempo ni ganas de publicar.

      Hace unos días comenté que el acto de escribir LA INVASIÓN fue un delirio mental transitorio. Y grabar el vídeo del Capítulo I, da fe de ello. Y es que los años no perdonan, amigo mío. Cuando somos viejos perdemos la vergüenza y chocheamos que te cagas.

      Recibid un fuerte abrazo, tanto tú como tus 12.


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  5. SIMPLEMENTE ACOJONANTE POR SU VERACIDAD, QUERIDO JOSE LUIS. NADA DIGO MÁS PORQUE CON LO LEÍDO TENGO MÁS QUE SUFICIENTE.
    SÓLO QUEDA ESPERAR ACONTECIMIENTOS Y REZAR PORQUE LA ÚLTIMA BATALLA PARA MUCHOS, NO SEA DEMASIADO BESTIA...
    QUE LA INVASIÓN YA LA TENEMOS SERVIDA POR JULIANES Y WITIZAS DE DENTRO Y FUERA,
    UN FUERTE ABRAZO, HERMANO DE VERDADES "MOLESTAS"
    UN BRINDIS CON LO MEJOR QUE SE PUEDA ENCONTRAR PARA LA BAJADA DE TELÓN.
    Un HISPOPAZO DE "ACEITE DE CERDO" Y TAPITA DE JAMON PARA MOROS Y OTROS "CALIFALES".
    Y
    ¡¡RIAU RIAU!!

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    1. Insigne Old Nick, trovador de verdades como puños:....

      Lo leído no será "ná" cuando lo comparéis con el resto y final de escrito.
      La última batalla será como la Biblia pronostica: A sangre, fuego y azufre y se desarrollará en un lugar llamado Armagedón. Y ahí palmará "to" Dios, entre llanto y crujir de dientes. (aunque sean postizos, oiga), que la escabechina está servida y sólo nos falta comenzar por los entremeses.

      Brindo con vos con un carajillo de orujo, querido Manuel.

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