Debido a los incalificables insultos que estoy recibiendo por e.mail de parte de una serie de anónimos católicos sumamente cabreados por mi ataque a los desmanes cometidos por ciertos miembros de la Iglesia Católica, publico de nuevo este post que titulé anteriormente como UN CARDENAL GOLPISTA, editado hace un par de años. Esta vez le toca a Chile y también a uno de sus purpurados miembros: El Cardenal Jorge Arturo Medina Estévez, que en el Golpe Militar de Pinochet actuó como un despreciable villano traicionando a su Pueblo y al propio Jesucristo. Si no quieren taza, taza y media. Y que cada cual aguante su vela.
Se podrá estar de acuerdo o no sobre lo que aquí escribo, pero soy testigo de cargo de cuanto aconteció, por lo que nadie debería opinar sólo de oídas. Para rebatir lo que aquí expongo, se tiene que haber vivido en aquel tiempo, estando presente físicamente en las calles de Santiago como yo lo estuve.
Post dedicado a la memoria de un patriota, un Santo Varón, un héroe y hombre de honor llamado Cardenal Raúl Silva Enríquez. Yo tuve el privilegio de hablar largo y tendido con su persona y estuve junto a él cuando el general Pinochet, pisoteaba en Chile los Derechos Humanos. El Cardenal chileno Raúl Silva Enríquez fue el único representante de la Iglesia Católica que se atrevió a plantar cara al dictador mientras el Estado Vaticano hacía oídos sordos a sus Homilías, no dándose por enterado de la terrible situación chilena.
Amenazado de muerte por la extrema derecha, no se inmutó lo más mínimo y desde el púlpito mediante sus Homilías, lanzó la más feroz batalla que recuerda la Historia contra un tirano que estaba haciendo añicos a su amada Patria. Es por ello, que en su memoria, edito el presente post junto con el vídeo que podéis ver al final de esta entrada. Un breve vídeo de cuatro minutos que os recomiendo veáis y sobre todo, escuchéis hasta el final.
El jueves 2 de Abril de 1987, el Papa Juan Pablo II visitó en Chile al Presidente-Dictador Augusto Pinochet en el Palacio de la Moneda. Yo estaba allí y 25 años después os ofrezco este extracto de un capítulo perteneciente a mi novela “RELATOS DE VIAJES Y DE VIAJEROS”
Copyright © 2010 José Luís de Valero.
Todos los derechos reservados.
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No respeto tus canas. Ni tampoco tu capelo cardenalicio. Y no te guardo respeto alguno puesto que con los miserables como tú, aunque vayan revestidos de púrpura no caben reverencias. Así como tú continúas repartiendo bendiciones entre los poderosos como si fueran bonos estatales al portador, así yo te lanzo mis maldiciones escupiendo sobre esa mano que bendice, permitiéndose y otorgándose el derecho de hacerlo en nombre de Dios.. Escupo sobre esa mano que tras consagrar la Sagrada Forma, ha pactado, firmado acuerdos, bendiciendo y estrechado amigablemente las manos de un genocida y las de los torturadores de un pueblo.
Cardenal Jorge Arturo Medina Estévez
Escupo toda mi rabia sobre ti, Cardenal Jorge Arturo Medina Estévez, chileno de nacimiento. Si la justicia divina existe, en la hora de tu muerte maldito serás de Dios por llevar Su Nombre adosado a tu infamia. El pueblo chileno no olvida y los españoles que pisamos en algún momento esa tierra chilena y supimos de ti, tampoco. No hay que echar en saco roto tu trayectoria.
Tras ser obispo en Valparaíso, merced a tus contactos políticos y sobre todo papales, en el año 1996 te incrustaste en el Vaticano escalando a puestos de privilegio. Llegabas a Roma tras pisar los cadáveres de todos los ciudadanos asesinados y desaparecidos en Chile cuando tú ejercías de simple obispo golpista bajo el régimen dictatorial de Pinochet.
Tú fuiste uno de los más fieles allegados del general. Discípulo aventajado del golpismo, justificaste en tus homilías todas las torturas y asesinatos que en el nombre de Dios, (tu único dios es el poder), y por mandato de Pinochet se cometían en Chile. Siempre hablando en nombre de Dios, escudándote en Él para justificar lo injustificable, para intentar demostrar a pie de púlpito que toda la sangre vertida, toda la humillación sufrida por los débiles, por la pobre gente del pueblo, todo ello era por el bien común de Chile.
Aquí en España también hubo un tiempo que tuvimos entre nosotros a demonios travestidos de ángeles. Purpurados surgidos del mismísimo infierno. Como tú. En tiempos del franquismo existían obispos y cardenales como Gomá, Plá y Daniel, Segura, Eijo Garay, ect, que paseaban a Franco bajo palio, alababan a los poderosos pendientes siempre de heredar todo o parte de su patrimonio, despreciaban a los pobres simplemente por el hecho de serlo y a la mínima oportunidad alzaban el brazo saludando con firmeza y decisión hitleriana.
Vosotros, los mercaderes de almas, los verdugos de Dios, siempre habéis poseído una especial ascendencia con el poder establecido y si ese poder es absoluto, mejor que mejor. El poder estatal apoyado por las armas amenaza la carne del pueblo con prisión o muerte, y vosotros mediante el poder religioso, amenazáis sus almas con el infierno eterno. Ambos poderes, estatal y religioso sois despreciables.
Ayer te vi en televisión. Ahora ya eres cardenal, príncipe de una Iglesia cuyos cimientos años ha se estremecen por el propio peso de toda la vergüenza que soporta desde su fundación. Según información vaticana, serás el portavoz cardenalicio, el encargado de proclamar el nombre del nuevo Papa: "Nuntio vobis gaudium magnum ¡Habemus Papam! “
Todos vosotros, Príncipes purpurados y plebeyos de negras sotanas estáis aguardando el pistoletazo de salida, la proclamación de un nuevo pontífice que supla al anciano polaco poseedor de las llaves de Pedro. Con ello se abrirá la veda que mediante vuestro voto, otorgará el poder al más capaz o al más inepto para vuestros fines políticos y financieros.
Una vez muerto el actual Papa, cuando el sello papal se haga añicos destruido de un martillazo por el Camarlengo, espero que de igual forma se destruya para siempre el recuerdo y la imagen de Juan Pablo II en su visita a Chile en Abril de 1987, cuando tras dar la comunión en el Palacio de La Moneda a Pinochet y a su cuerpo de torturadores, asesinos, canallas y malnacidos, todos ellos con las manos manchadas de sangre, y acompañado del asesino mayor, salió el Papa al balcón presidencial a impartir su bendición a los fieles. El genocida del pueblo chileno sonreía dando escolta al Vicario de Cristo en la Tierra.
Hubo gente, mucha gente que se giró dándole la espalda, no aceptando la bendición papal. Yo estaba allí y también me di la vuelta. Desde aquel día no acepto bendiciones de nadie.
Cardenal Raúl Silva Enríquez
Y que no se arguya que el pueblo chileno tras la masacre del general Pinochet se hallaba cargado de motivos anticlericales. En Septiembre de 1999 todo Chile se reunió en las calles de Santiago para despedir a un hombre de Dios y del pueblo, un anciano que murió a la edad de 91 años, y que en tiempo de la dictadura plantó cara al genocida.
El ataúd conteniendo el cuerpo del Cardenal Raúl Silva Henríquez, fue paseado por Santiago en olor de multitud, de santidad diría yo, aupado por un desgarrador grito que salía de las entrañas del pueblo chileno " ¡Raúl, amigo, el pueblo está contigo!" . Y lo estaba, porque aquel coloso, auténtico enviado de Dios, era conocido en círculos militares como "el cura rojo" y en contrapartida fue llamado por el pueblo, "la voz de los sin voz".
Nada tenía que ver la grandeza humana de ese gran hombre con tu infame persona, Cardenal Medina Estévez. Cuando tú te fuiste, contigo marchó parte de la humillación y de la vergüenza que tanto católicos como laicos tuvieron que soportar cuando el poder militar por un lado y parte del poder religioso por otro, masacraron vidas y creencias. Y tú formabas parte de la conjura religiosa que se unió al poder de las armas.
Por todo ello, Cardenal Jorge Arturo Medina Estévez, te maldigo, te escupo y te desprecio. Ignoro si a estas alturas de siglo todavía estás vivo o mejor ya eres pasto de gusanos, pero en un caso u otro te maldigo con toda la fuerza de mi alma. Un alma la mía, que de existir como tal y de entrar en el reino de los cielos, cosa que dudo, caso de encontrarte sentado a la diestra de Dios Padre, saldría a escape como alma que lleva el diablo a refugiarse en los infiernos. Renunciaría al Paraíso con tal de no estar junto a ti.
La gente de tu calaña, sois peligrosos hasta muertos y en la Gloria.
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SUSCRIBO INTEGRO TU POST. Conocí los tiempos en que la única voz eclesiástica "humana" en América era la del obispo brasileño Raúl Silva Enríquez, amenazado de muerte permanentemente por los escuadornes ultra derechistas y totalmente abandonado a su suerte por el Vaticano.
ResponderEliminarPor el contrario, el miserable ese que citas de Chile apoyó los asesinatos en masa de los pinochetistas y para colmó el Gran Pope de Roma lo apoyó. Al igaul que los cardenales y obispos argentinos en la dictadura de los milicos, que Scilinco ( uno de los altos sicarios encargado de ejecutarlos) ha confesado cómo los subian a los presos (sin delito alguno) a aviones y los arrojaban al mar en pleno oceano.
Dices bien de los similares de aquí de los años 1940 como el mastuerzo de EIJO GARAY, Arzobispo de Madrid y Patriarca de las Indias Occidentales ( título que se sacó él de la manga con el Vº Bº de Franquito) y que se encargaba en directo en dar a la policia órdenes de fusilar a presos republicanos que él elegía a su capricho.
Vuelvo, una vez, a felictarte por tu valentía en estos temas. Quienes te critiquen ni son católicos ni son dignos de convivir en una sociedad civilizada. Ya está bien de tanto nazismo eclesiástico fuera de la Alemania de Adolf.
Gracias por tus letras, mi querido amigo. Considero que además de poner a un héroe dónde le corresponde, de igual forma se tiene que poner en la picota a un traidor, máxime si éste pertenece o ha pertenecido a la Curia Vaticana.
EliminarPuedes creerme si te digo que cada vez que escucho la voz de mi héroe el Cardenal Raúl Silva Enriquez, se me pone un nudo en la garganta y no puedo evitar las lágrimas. Su voz es un bálsamo para mi espíritu. Era un hombre integro.
Un abrazo, mi querido amigo.
Estoy de acuerdo con casi todo lo que dices pero como cristiano (aunque malo) que soy, no puedo compartir las maldiciones ni los escupitajos que salen de tu boca.
ResponderEliminarUn abrazo.
Yo también soy un cristiano, quizá más malo que tú, y por eso escribo tal cual pienso. No creo que ello sea una virtud, pero tampoco creo que sea un delito o una "licencia de autor", porque hay veces que en casos como este, la indignación está presente, aunque reconozco que soy muy mal hablado. Mea Culpa.
EliminarUn abrazo, caro amico.
Católica y...nada sospechosa de ser de izquierdas, coincido. El nombre de Dios solo puede esgrimirlo el que está al lado de los humildes, de los perseguidos, mi Dios no tiene color político.
ResponderEliminarNo conocía estas cosas más que un poco a bulto, aunque algo he leido de esa época en la que en Sudamérica se puso de moda la teología de la liberación, utilizada por el marxismo para sus propios fines, pero la culpa fué también de los "hombres de Dios" que con sus actos fueron incapaces de arrastrar al pueblo convenciendo de la única forma posible, practicando con el ejemplo. Por el contrario, medraron con los poderosos, fueron cobardes y de eso tú no tienes la culpa D. Luis.
¡Ah! Lo de matar al mensajero de nuevo. Pediría a cualquier católico que lea este post que se anime a entrar y discrepar dando la cara, eso es lo que hacen las personas decentes, lo otro es típico de ratas. Luego, cuando nos arrastren a nosotros, no tendremos fuerza moral para quejarnos. Asi que, gracias por nada.
Gracias a ti por este mensaje, Candela. También a mi me gustaría que en vez de e.mails, los disconformes con mi criterio lo hicieran a través de estos comentarios. Que no por el hecho de estar sometidos a moderación, significa que vaya a excluirlos.
EliminarTan sólo excluyo los que además de no estar conformes, me insultan calificándome cuando menos de hijo de la gran puta. Y eso que se dicen católicos practicantes de toda la vida.
Un cabrón siempre será un cabrón, da igual que sea Rey, Presidente de Gobierno, Ministro, Diputado, Senador, Obispo o ciudadano de a pie.
EliminarA las cosas hay que llamarlas por su nombre y ya está bien de poner paños calientes.
Así nos luce el pelo.
Un abrazo José Luis.
Eso mismo opino yo, querido CARLOS, a pesar que llamar a las cosas por su nombre, al igual que tú haces en EL REBUZNÓMETRO, lleve consigo la discrepancia, la ruptura de amistades y lo que es peor, recibir el insulto gratuito y anónimo de cierta clase de chacales religiosos que se creen con patente de corso para erigirse en paladines de lo religiosamente correcto.
EliminarRecibe mi abrazo, querido colega.
Genial como siempre Don Valero!!. Si en lugar de dirigir esos insultos y amenazas hacia usted lo hiciesen hacia aquellos que cometen atrocidades otro gallo le cantaría al Vaticano, pero prefieren callar al niño violado antes que al pedófilo, al asesinado antes que al asesino.... y encima en nombre de Dios.
ResponderEliminarEn resumen, es tal y como lo cuentas. Nunca verás a un Papa, reconociendo un delito de la Iglesia, con excepción de Juan Pablo II que en el año 1999 admitió "muy de puntillas", o sea indolentemente y sin profundizar en el tema, los "fallos humanos" del Papado desde el siglo XI.
EliminarSu declaración de culpa bajo el título Reconocimiento de la culpa al servicio de la verdad , dice: "En ciertas épocas de la historia, los cristianos permitieron algunas veces métodos de intolerancia."
Esta increíble interpretación de los hechos cometidos y consentidos por el Papado le corta a uno la respiración: Lo que el Papa denominó "algunas veces" duró desde el siglo XI hasta el XIX. Y en todos estos siglos no se llegó sólo a "métodos de intolerancia", sino que las Cruzadas (del siglo XI al XIII) y la Inquisición (del siglo XIII al XIX), así como la persecución de las brujas (del siglo XVI al XVIII) condujeron a la eliminación sistemática de millones de personas que fueron despojadas de sus bienes, torturadas y quemadas.
Y esto no sólo fue "permitido" por cristianos anónimos, sino que fue ordenado y llevado a cabo por sus antepasados con la ayuda de miles de creyentes ofuscados y aborregados por su Iglesia, que fueron dominados con amenazas de maldición, excomunión y también con promesas de indulgencias.
La palabra "matar", que la historia de la Iglesia reemplazó por mucho tiempo a la palabra "amar", no aparece en ninguna parte en su confesión. Con ninguna palabra se refiere a los muertos de las Cruzadas, a las víctimas de la Inquisición, a las «brujas» quemadas y a los cátaros, valdenses, husitas y baptistas asesinados.
En una confesión correcta debería haber reconocido que: "Matamos a los indios, esclavizamos a los negros, robamos a las colonias, quemamos a herejes y brujas, nos quedamos con sus bienes, pactamos con dictadores, callamos con el Holocausto y directa e indirectamente somos cómplices de los brutales asesinatos cometidos con millones de seres humanos."
Pero esa confesión, amigo mío, jamás se podrá escuchar desde el balcón central de San Pedro.
También yo, católico (y también he de reconocer que no muy bueno), tengo que estar de acuerdo con lo escrito. La gentuza es gentuza lleve sotana, corbata, vaqueros o vaya en pelotas sujetando la paloma de la paz.
ResponderEliminarAñado que no por soltar unos juramentos y escupir en la gentuza se tiene porque ser mal cristiano. Ya dice el dicho aquello de "hay un momento a partir del cual la tolerancia deja de ser una virtud", y poner la otra mejilla por quinta vez consecutiva, como que no. Y si jesucristo echó a los mercaderes del templo sin mucho talante, que menos que nosotros llamemos montón de mierda a quienes demuestran serlo.
Al pan pan, y al vino vino.
Yo no me considero un buen cristiano porque he renegado de la actual Iglesia aunque mi fe en el legado de Cristo sigue incólume.
EliminarSoy un cristiano díscolo y sumamente cabreado con los altos mandos vaticanos. Será porque hace más de cincuenta años tuve la oportunidad de convivir con ellos y comprobar que sus fuentes de información estaban contaminadas y violaban sistemáticamente los propios Mandamientos que ellos mismos predicaban.
Me cansé de seguir poniendo una y otra vez la otra mejilla. De ahí mi cabreo. Desde aquel día las bofetadas las adjudico yo a quien corresponda.
Mis saludos Señor Ogro.
Capitán, que mejor que esa confesión, como colofón a una trayectoria preñada de los más abyectos procederes. Esa es la Iglesia, la suma de sus sumandos. Dos mil años ya y lo que te rondaré morena. ¿Hasta cuando?. Quizás, como dije en algún post, hasta que los "fieles" aprendan a sobrellevar el peso de sus propias inquinas y dejen tranquilo al Galileo con los suyos. Pero hasta entonces lo tienen de rehen, de prisionero. Mientras no le liberemos, no podremos escuchar la verdad desde el balcon de San Pedro. Pero liberarle a Él, implica liberarnos nosotros y eso son palabras mayores.
ResponderEliminarDices una gran verdad, Charne. El Galileo sigue preso en el Vaticano.
EliminarEs un claro chantaje emocional el que hace la Iglesia a sus fieles. A los fieles que aceptan dicho chantaje, está claro. Pero para el resto de los mortales este chantaje es una burla infame e inaceptable.
Tú te preguntas "¿Hasta cuando?" y yo te respondo que hasta el fin de los tiempos, si antes no aparece en el horizonte un clon del Mesías que expulse del Templo a todos los mercaderes de almas, a los verdugos de Dios.
Ya lo intentó Juan Pablo I y su pontificado duró 33 días. O sea que lo llevamos crudo. El Vaticano siempre ha sido reducto de intrigas criminales y envenenadores licenciados Cum Laude.
Para liberar a Jesucristo sería preciso un levantamiento cristiano a nivel mundial, pero tal acción ni tú ni yo la veremos porque desde hace siglos la masa católica está totalmente aborregada. La Santa Sede ha dispuesto de muchos siglos para efectuar a conciencia una labor efectiva de lavado de cerebro en millones de seres humanos.
Muchas veces, hablando conmigo mismo, pienso que si hace cincuenta años yo hubiera jurado mis votos, de ser sacerdote, andando el tiempo, lo más probable que hubiera cambiado la cruz por un Mauser sin dejar de creer en Jesucristo.
Y eso como bien dices, son palabras mayores.
Una imagen vale mas que mil palabras.
ResponderEliminarFoto tomada en Berlin en el año 1.933
http://img864.imageshack.us/img864/9084/40811923414025999873110.jpg
Saludos.
Magnífico aporte documental el tuyo, querido CArlos.
EliminarComo esa y con idénticas poses de incondicional adhesión, se pueden encontrar en los medios de comunicación gráficos españoles a partir del año 1939 en adelante.
Aunque sin duda la más impactante de todas sea la imagen de Pío XII bendiciendo Urbi et Orbe a las tropas del III Reich acantonadas en Roma. Para más señas, en la Plaza de San Pedro.
Vivir para ver, mi querido amigo.
GANE QUIEN GANE Y GOBIERNE QUIEN LO HAGA,SIEMPRE HABRÁ UN PURPURADO EN EL EQUIPO...
ResponderEliminar¡SE LES PUEDE VER INCLUSO,Junto con el Dalai Lama, APOYANDO AL BUEN MAO EN CHINA, qUE cOMO Todos saBEMOS, Era Un Benefactor de la Humanidad.
¡La Verdad Hace Libre!
Y Como Decía mi Añorado Padre, QEPD, "El que Quiera Honra que la Gane Primero."
Ya Os Dije, Querido Cardinale, que la IGLESIA, -Según la Ley de Pareto que Yo Aplico-, "Es Una CANTERA DE SANTIDAD al 80%, Controlada por La CASA DE PUTAS JERÁRQUICA que Suma el Otro 20%.
Un Abrazo.
PACIENCIA Y "MANSEDUMBRE", Ma Non Troppo...
Un Brindis
y
¡¡RIAU RIAU!!
Les dejo el enlace a un gran documental: http://www.putlocker.com/file/2E3D77C33DEA5E86#
ResponderEliminar"Jesús predicó el reino de Dios pero lo que vino fue la Iglesia, éste es el problema"
Problemas en la Santa Sede!!!!! http://internacional.elpais.com/internacional/2012/02/18/actualidad/1329600292_875390.html
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